Por: ALEJANDRO CRIVISQUI
Leía y escuchaba estos días en Formosa sobre el incremento en los precios de los productos frutihorticolas, los periodistas radiales lo “informaban” con voces agónicas y los titulares en los diarios eran en formato ¡alarmante!
Esta información producía al simple y desprevenido lector u oyente, una gran preocupación y alarma, entre ellos estaba yo mismo, así que fui cambiando el dial para ver como se trataba el tema en las infinitas cantidades de radios que pululan en Formosa y encontré una emisora que reporteaba sobre el tema a un conocido comercializador de estos productos en Formosa, oriundo de Villafañe y el mismo manifestaba estar asombrado de leer y escuchar sobre estos aumentos, ya que él es un formador de precios locales y la realidad era que nada de lo que se decía y titulaba estaba pasando en el mercado comercializador de Formosa. ¿Cuál es el objetivo de dibujar en un titulo de diario o en un programa radial dicha realidad no existente?¿Cómo reacciona el simple comerciante de barrio al escuchar y leer en los medios “serios” esta información? Remarcando sus números “lógicamente” para no quedarse rezagado.
Objetivo cumplido: Operativo Inflación lograda.
¿Es responsable el medio y los periodistas de construir esta realidad dibujada?
No, son simples cómplices instrumentales de los autores ideológicos de estos operativos, quienes son sus verdaderos “Jefes” políticos-económicos.
Supongamos que el aumento dibujado en latitudes porteñas llegan a estas costas ¿como debería ser tratada esta noticias localmente? Primero chequeear el mercado local desde su origen comercializador, no en el final del recorrido donde ya le llego el pánico de la noticia y donde ya se aplico el incremento por si las moscas…. Pero también si el medio sólo enuncia el aumento, quedándose allí, sin ir más allá en cuanto al análisis de la cadena de formación de ese precio, de la ganancia de cada uno de sus eslabones, de la condición monopólica de sus formadores, ese medio termina, intencionalmente o no (yo creo que intencionalmente), convirtiéndose en un agente inflacionario.
Un actor cualquiera de la economía real, sea comerciante, profesional, administrador de cualquier servicio, al no ver reflejada ninguna noticia positiva referida al crecimiento de la actividad, a la mayor independencia respecto de los organismos internacionales que históricamente nos extorsionaron, a que la deuda del país ya no tiene el alcance paralizador que supo tener, y lo único que ve ese actor común de la economía cotidiana en un minuto de titulares en los medios “serios e independientes” es que todo aumenta, que todo es alarmante, entonces lo primero que hace por reflejo es aumentar él también, porque de lo contrario siente en sí mismo la zonzera de quedarse solitariamente rezagado con sus propios precios.
En una economía sólida como la Argentina en sus grandes números, con menor incidencia del endeudamiento, crecimiento, tipo de cambio competitivo, superávit fiscal y comercial y acumulación de reservas aparece como flanco débil el aumento de precios.
¿Por que lo hacen? Lo hacen para desgastar al gobierno que condujo la economía hacia esos logros. Todo por el sólo hecho de que es el primer gobierno en décadas que se propone cierta desobediencia respecto del disciplinamiento social histórico que aquellos poderosos ejercieron, y merced al cual entre otras causas nos sometimos, como sociedad, a todo lo que nos sometimos en la década de los 90 cuando algunos de estos medios que hoy gozan de solvencia económica pero sirven a los intereses de los que quieren que volvamos a ese pasado neoliberal, casi no podían sostenerse por la caídas de las publicidades ante la seguidilla de quiebras de las pequeñas y medianas empresas.
Pero ojo mis amigos lectores y oyentes, tampoco le echemos la culpa a los medios, estos son simples herramientas, muy útiles por cierto, de quienes son los verdaderos y
poderosos ideólogos de la realidad dibujada.



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